La tendencia actual del mercado de la carne se caracteriza por la búsqueda de su calidad en el sentido más amplio. Aspectos como el impacto de los sistemas de producción tanto en el medio ambiente como en el bienestar animal, están ganando peso en esta valoración.

La riqueza del pasto en ácidos grasos poliinsaturados, puede modificar la composición corporal de los animales. En el caso de los rumiantes en general, y del ganado ovino en particular, como consecuencia de actividad y el metabolismo de la microflora ruminal, el perfil de ácidos grasos de la leche está fuertemente influenciado por la dieta de la madre. Estudios previos desarrollados por el ITACyL han demostrado que el alimento de las ovejas es capaz de, a través de la leche, depositarse en los tejidos del cordero. Así la riqueza en ácidos grasos omega-3, vitamina A (carotenos), vitamina E (tocoferoles), aminoácidos y compuestos fenólicos con características antioxidantes pueden depositarse en los tejidos de los corderos (grasa y músculo), contribuyendo a mejorar la calidad nutritiva del a carne, al ser acordes con las recomendaciones sanitarias sobre el consumo de carne, con objeto de prevenir enfermedades cardiovasculares.